miércoles, 27 de abril de 2016

El Valor de los Nombres


El nombre, es aquello que nos identifica, algo que nos hace únicos y nos diferencia de los demás; sin embargo para algunas personas este es un problema...
Una vez me encontraba yo reposando en mi cama luego de un largo día de trabajo, pero mi descanso no duró mucho, pues escuche varios gritos de enojo provenientes de la sala de estar. Así que preocupado decidí ir a ver que sucedía, con un poco de esfuerzo me levante y camine hasta donde provenían los gritos. Me relaje un poco al ver que mi esposa se encontraba bien y que mi hija había llegado de la escuela, luego de esto me decidí por escuchar que sucedía, pues al parecer los gritos provenían de mi pequeña hija.
-¡TODO ESTO ES CULPA DE USTEDES! - gritaba la niña con sollozos en su rostro y con mucha rabia. -Pero hija nosotros solo quisi... - Antes de que mi mujer terminara de hablar, la niña decidió irse a su cuarto.
Así que emprendió el paso y puso mala cara al ver que yo me encontraba entre ella y su habitación, justo cuando paso por mi lado se detuvo y me miro con mucha rabia, luego siguió su camino y al entrar a su cuarto cerro la puerta con fuerza haciendo que el sonido retumbara en toda la casa. Al ver esta situación marche hacia mi esposa que se encontraba llorando, sentada en uno de los muebles del hogar, al llegar me senté a su lado y trate de calmarle un poco.
-Amor, calmate... Ya tranquila todo esta bien - le dije mientras secaba sus lágrimas y acariciaba su pelo. -Esta bien - Dijo un poco mas calmada. -¿Qué fue lo que sucedió? - Pregunté. -La niña llego llorando del colegio, me dijo que allá la molestaban mucho por su nombre y que nos odiaba por ponérselo - decía apoyando su cabeza en mi pecho y emprendiendo el llanto de nuevo -¡Nuestra hija nos odia! ¡nos odia! - sollozaba de manera desesperada. *Suspire* -Siempre te haz encargado de la niña, puesto que siempre estoy trabajando - dije mientras reía con un poco de melancolía - ¿Que tal si dejas que yo me encargue de esto? -Esta bien - Dijo mas calmada y dándome un beso por apoyarla. Luego de esto fui a la habitación de la niña y toque suavemente la puerta. -¿QUIEN ERES? VETE DE AQUÍ -Gritaba con la voz un poco quebrantada. -Soy tu padre, por favor abre la puerta - Dije con dulzura esperando que me escuchara. -¿Papá? ¿Eres tu?- preguntó ella aunque no tuve que responder porque inmediatamente escuche sus pasos acercarse, luego sentí que iba a abrir la puerta. Pero se detuvo - ¿No vienes con mamá? ¿Cierto? - preguntó con cierta desconfianza. -No tranquila - luego de decirlo abrió la puerta y pude ver que había estado llorando buen rato -¿Puedo pasar?. *Asintió con la cabeza* entre a su cuarto y me senté sobre su cama, ella cerro la puerta, poniéndole llave y se sentó al lado mio dándome un abrazo. -¿Paso algo? Hija - pregunté luego de abrazarle -Si... Es que... - dijo mientras agachaba la cabeza -Dime hija, aquí solo estamos tu y yo - respondí subiendo su mirada con mis manos y tratando de ganar su confianza. -Si, en el colegio me molestan mucho, dicen que mi nombre es feo y se la pasan molestándome con sobrenombres y me hacen llorar - dijo mirándome y aguantándose las lágrimas - ¿Por qué me pusieron este nombre? ¿Acaso no me querían?. -Claro que te queremos, el problema es que tu estas dándole poco valor al nombre que con mucho amor te colocamos - Dije -¿Valor? ¿Como así? - Preguntó -Umm... ¿Quieres que te cuente una historia? - Le pregunte con una sonrisa. -Esta bien - Dijo un poco confundida. -La Historia se llama "Los dos Faustos" -Dije con una sonrisa paternal. -¿Fausto? Que nombre tan feo - dijo riendo. -¿Feo? Ya veras - le dije riendo también.
"Hace años en un mismo hospital, nacieron dos niños y la verdad es que ellos no tenían nada en común, no eran hermanos, sus padres no se conocían y sus destinos eran completamente diferentes, solo les unía una sola cosa, compartían el mismo nombre, uno de ellos se llamaba Fausto Brauer y el otro Fausto Ochoa. Fausto Brauer nació de una familia adinerada, de muchos contactos que le darían grandes oportunidades en su vida, sin embargo no tuvo un gran destino. Aprovechando su condición como millonario, nunca estudió, se junto con malas amistades y se sumió en el mundo de las drogas y el mal camino, sus padres intentaron ayudarle pero tan grande fue el problema que le desheredaron y mas nunca volvieron a saber de él. Hoy en día Fausto Brauer es un vagabundo que se gana la vida pidiendo monedas en una esquina, duerme sobre unas cajas y no es mucha ayuda la que recibe, pero lo peor para él es tener que lamentarse diariamente el haber escogido ese camino y el darle un valor tan bajo a su nombre. Por otro lado Fausto Ochoa nació de una familia muy humilde, cosa que nunca le avergonzó, pero a diferencia de Brauer él decidió salir adelante, con mucho esfuerzo logro estudiar en una buena institución y ser alguien en la vida, no solo afrontando los problemas sino sacando adelante a su familia, los cuales cada día se enorgullecen de él. Hoy en día Fausto Ochoa es una de las personas mas importantes del mundo, puesto que logró motivar a muchos jóvenes para que fuesen grandes personas, personas que influyeron mucho en el mundo, dándole así un gran valor a su nombre. Es difícil pensar que personas que tuvieron el mismo origen y el mismo nombre hallan tenido destinos tan diferentes, y aunque ambos tuvieron sus oportunidades hubo quien no supo aprovecharlas, como hubo alguien que les sacó el máximo potencial a estas, dándole un valor muy diferente a sus nombres".
-Entonces hija, ¿Que enseñanza te deja? -Dije esperando haberlo hecho bien. -Ah ¡yo se, yo sé! - Decía muy emocionada - La enseñanza es que no importa tu origen con esfuerzo lograremos todo lo que queramos. -Si, si eso - Dije riendome y asombrado por como había entendido la historia a tan corta edad - Pero no solo eso hija, la verdadera enseñanza es que solo tu le das valor a tu nombre. -Umm... ¿Como así? Papá - preguntó un poco confundida. -Pues... Mira a Fausto Brauer un vagabundo, no hizo nada con su vida, es muy, muy lamentable, ¿Te gusta su nombre? - Dije. -No - dijo muy concentrada. -Pero en cambio mira a Ochoa, hizo grandes cosas en su vida, es una de las personas mas influyentes en el mundo y hay miles que sueñan ser como el, es un persona digna de admirar, pues las personas le siguen, le quieren; Así como tu quieres y admiras a tus abuelas -Dije tratando de dejarlo lo mas claro posible - ¿No te gusta su nombre? -¡Si! - dijo con un gesto de satisfacción - Umm... Ya entiendo, entonces... ¡Debo enorgullecerme de mi nombre porque ustedes me lo pusieron pensando en que en el futuro haré grandes cosas! - dijo muy emocionada y con los ojos llenos de expectativas. -Exacto hija - Dije muy orgulloso de ella.
Luego de esto, le abrace, casi instantáneamente llego su madre y ella le abrazó, pidiéndole disculpas por lo ocurrido...
"El valor de tu nombre lo pones tu, nunca te deprimas por el valor que le den los demás".
Dedicado al que esta leyendo esto. "Tu nombre es muy importante para mi y nunca mas lo olvidaré"